BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Gustavo Adolfo Bécquer

1836 - 1870

 

La ventá encantada

 

Acto segundo

 

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Escena VIII.

 

Dichos y Cardenio. D. Fernando se cubre el rostro con rapidez y quiere apartar á Cardenio.

 

Card.

(A Lucinda.)

No temais, que yo os defiendo.

(A D. Fernando.)

Mirad lo que vais á hacer,

que yo amparo á esta mujer.

Luc.

(Reconociéndole.)

(¡Es Cardenio! ¿Qué estoy viendo?)

¡Cardenio!

Card.

(Reconociéndola.) ¡Lucinda!

Luc.

¡Ah!

Me veo al fin á tí unida.

(Arrojándose en brazos de Cardenio.)

Fern.

Haceos atrás... ó por vida

que os dé muerte...

(D. Fernando hace ademan de poner mano á la espada, pero Cardenio, que está desarmado, con un movimiento veloz le sujeta el brazo con la mano izquierda, mientras con la derecha le saca el acero y queda en defensa.)

Card.

(Arrancándole la espada.) No será.

Fern.

¡Ah! ¡Traicion!

Card.

Es la que usais.

La vil máscara arrancad.

Fern.

No.

Card.

Basto á hacerlo. (Arrancándosela.) Mirad

frente á frente á quien hablais.

(Retrocede sorprendido al conocer á Fernando.)

 

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CANTO.

 

Card.

¡Qué miro, justo cielo!

¡Es él!

Fern.

(Con calma.) Y bien: soy yo.

Card.       ╓

¡Fernando!

Luc.         ╙

¡Oh Dios!

Fern.

El mismo.

Card.

Al cabo

en su venganza Dios,

de tu perjurio en premio,

te entrega á mi furor.

Fern.

Pues que en tu diestra brilla

el hierro vengador,

el labio enfrena y hiere:

hiere.

(Dando un paso adelante y presentándole el pecho.)

Card.

(Con un movimiento de furor y conteniéndose luego.)

╓     ¡Que hiera!... ¡Ah! no.

Luc.

╙     ¡Cardenio!,

(Sujetando á Cardenio al ver su movimiento de herir.)

 

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Card.

Que al polvo humilles quiero

tu frente en mi presencia,

y escuches tu conciencia

temblando de pavor.

Si, quiero antes de herirte

mirar con pecho helado,

que mueres condenado

como he vivido yo.

Luc.

Perdónale, perdónale;

su juez sea su conciencia:

conten en mi presencia,

Cardenio, tu furor.

Detente, y pues yo misma,

depuesto el justo encono,

su crimen le perdono,

perdónale cual yo.

Fern.

(Con altivez.)

Jamás la frente humillo

de un hombre en la presencia,

ni temo á mi conciencia

ni temo á tu furor.

Ven, hiere, pues voluble

lo quiso asi la suerte:

verás cómo á la muerte

le sé sonreir yo.

 

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HABLADO.

 

Fern.

En fin, basta ya de insultos;

ni nobleza ni valor

demuestras en insultarme

cuando sin espada estoy.

Si lo quieres asesíname.

Card.

¡Asesinarte... Eso no!

(Con un arranque de noble indignacion.)

Para humillar hasta el polvo

el orgullo de un traidor,

me basta con mi justicia,

me sobra con su traición.

(Cardenio, al concluir estos versos, arroja la espada al suelo á fin de quedar con armas iguales en presencia de su enemigo; pero este, con un movimiento rápido, se apodera de su espada y amenaza con ella á Cardenio, que aunque tarde se arroja á impedirlo. Lucinda se interpone entre ambos procurando contener á Cardenio, que á pesar de encontrarse sin espada, quiere lanzarse sobre sa rival. Toda la escena rápida, D. Fernando, desde que recobra la espada, prosigue con mucha calma y tono burlon.)

Fern.

(Arrojándose sobre la espada.)

¡Me salvé!

Card.

(Corriendo á impedirlo.)

¡Cobarde!

Fern.

(Poniéndose en defensa ) ¡Atrás!

Luc.

¡Cardenio! (Conteniéndolo.)

Fern.

(Con ironía.) Pues la ocasion

despreciastes, es muy justo

que ahora la aproveche yo.

Card.

¡Oh rabia!

Fern.

(A Lucinda.) Ya los caballos

nos aguardan á los dos.

(A Cardenio.)

Como ves, no es para mí

oportuna esta ocasion;

mas yo te diré otro dia

si soy un cobarde ó no.

Seguidme. (A Lucinda.)

Luc.

Jamás.

Card.

¡Seguirle!...

Antes, cobarde y traidor,

me harás pedazos.

Fern.

¡Pedazos!

(Con sonrisa burlona.)

¿Por qué, si no hay precision?

Cuando estaba en el peligro,

aunque pude, en mi favor

no llamé á nadie, pues fuera

no demostrar corazon;

pero ahora es muy distinto.

(Hace una señal con una bocina de monteria y aparecen en la puerta del fondo varios caballeros, todos con mascarillas; los cuales, cuando lo indica el, diálogo, se arrojan sobre Cardenio y procuran ahogar sus gritos y sujetarle.)