Libro de los estados

El segundo libro

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[Capítulo XLVI]

[El xlvi° capítulo fabla en cómmo Julio dixo al infante quál es xlvi el estado primero después del de los arçobispos.]

«Sennor infante,» dixo Julio, «en pos el estado de los arçobispos es el estado de los obispos. Et este estado es muy sancto et muy bueno en sí. Et es tal commo el de los arçobispos, salvo aquellas avantajas et mejorías que desuso son dichas. Et el papa, et algunos cardenales, et los patriarcas, et los arçobispos, todos son obispos. Pero {122a} algunos cardenales (et los patriarcas, et los arçobispos, todos son obispos. Pero algunos cardenales) ay que son prestes pero non obispos, et otros que son diácones.

Et los obispos, guardando bien su estado, pueden meresçer mucho porque es el estado en sí muy bueno et muy sancto. Mas así commo es muy sancto, así creed por çierto que es muy grave de se guardar commo deve; et si bien non lo guardam los obispos, pueden desmeresçer en todas las cosas que son dichas que pueden desmeresçer los papas et los otros que son dichos que son en estado(s) de obispos.

Et, sennor infante, por esto fablo tan avreviadamente en el estado de los obispos, [et] es esse mismo que el de los otros que son dichos, salvo que es menor, segund vos he mostrado.»

«Julio,» dixo el infante, «mucho me plaze desto que me avedes dicho, [et] rruégovos que me digades de aquí adelante lo que entendedes en todos los otros estados de la Eglesia.»