BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Don Juan Manuel

1282 - 1349

 

Libro de los estados

 

El primer libro

 

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[Capítulo XXXVIII]

 

El xxxviii° capítulo fabla en cómmo Julio dixo al infante que mucho gradesçía a Dios porque todas estas cosas creía.

 

«Mucho gradesco a Dios, sennor infante,» dixo Julio, «pues todas estas cosas creedes, desde aquí adelante vos diré lo que entendiere que cunple para las rrazones que me avedes {59c} preguntado. Vós, sennor infante, devedes saber que quando Nuestro Sennor Dios crió el mundo et fizo [a] Adám et <a> Eva – quel dio por conpanna et por muger para que engendrase et que <se> poblase el mundo – que lo fizo muy conplido; así que ninguna de las pasiones et menguas que los omnes oy avemos non avíen ellos a sentir ninguna, mas ellos et todos los que dellos viniesen avíen a bevir en el paraíso terrenal sin pesar et sin mengua. Et quando fuese voluntad de Dios que se partiesen deste mundo, avían de aver gloria del paraíso en el cuerpo et en el alma. Et avían de conplir los lugares que fincaron vazíos de aquellos spíritus malos que cayeron de los çielos et se perdieron por sus mereçimientos, quando Luçifer era su mayoral et ellos se desconosçieron contra Nuestro Sennor Dios.

Et quando Adám et Eva su muger fueron ý puestos por mandado de Dios, díxoles que de todas aquellas fructas que avía en el paraíso et todas las otras cosas que avía en él se mantuviesen et se serviesen. Mas defendióles que de un árbol que era en medio del paraíso et llamavan árbol de vida, que quiere dezir «saber bien et mal», que de aquél non comiesen; ca luego a la ora que dél comiesen, que luego morrían. Et aquel árbol era muy fermoso, et el su fructo paresçia bien et era muy apuesto et muy plazentero para comer. Et andando Adám et Eva por el paraíso desnudos quales nasçieron, non avían vergüença de Dios nin de sí mismos nin de ninguna otra cosa, et esto era porque eran sin pecado. Et andando ellos tan bienandantes, la culuebra, que era [la] más artera de todas las otras animalias, dixo a la muger que por qué non comía de aquel fructo de aquel árbol. Et dixo la muger que Dios les defendiera que non comiesen nin se llegasen [a] aquel árbol, ca si lo fiziesen, por {59d} aventura morrían. Et ya en este lugar començó a mentir la muger en dos maneras: la una, que dixo que Dios le[s] mandara que non tanxiesen aquel árbol (que Dios les mandara); et la otra, que puso en dubda lo que Dios les mandara por çierto. Ca Dios non les defendiera de llegal [a] aquel árbol, sinon el comer dél. Et díxoles que qualquier ora que dél comiesen, que luego morrían. Et esto puso ella en dubda. Et dizen los sabios, algunos dellos, que la culuebra, quando entendió que la muger dezía más de quanto Dios les defendiera, et que ponía en dubda lo que Dios le[s] defendiera por çierto, dizen que la enpuxo et que l[a] fizo tanner al árbol, et desquel tanxo que non murió. Et entendi[end]o que iva consentiendo en el su mal consejo, dizen quel dixo: ‹Tan poco commo moriste agora, maguer que tanxiste al árbol, tan poco morras si comieres de su fructo.›

Et commo quier que estas rrazones passasen entre ellos, lo çierto es que la culuebra tomó del fructo del árbol et diolo a Eva. Et ella comiólo, et dio dello [a] Adam et otrosí comiólo. Et a la ora que lo ovieron comido entendieron qué era bien et mal et que avían caído en pecado. [Et] obieron vergüença porque estavan desnudos, lo que ante non avían. Et tomaron de las fojas de las figueras, porque eran más anchas que [las] de los otros árboles, et cubrieron con ellas los lazares de sus cuerpos que eran más vergonçosos de paresçer descubiertos. Et estando ellos así, entró Nuestro Sennor Dios por el paraíso terrenal a do los pusiera. Et quando ellos lo entendieron, por el grant miedo et por la grant vergüença que ovieron del yerro que avían fecho contra quien tanto bien les fiziera, escondiéronse. Et Nuestro Sennor llamó [a] Adám et preguntól a dó estava. Et Adám respondió et dixo: ‹Sennor, oí la tu voz et ovi miedo porque estava desnuyo.› Et preguntól Nuestro Se{60a}nnor que por <qué> lo fiziera. Et respondiól que la muger quel diera por conpanna lo engannara et le diera del fructo et él que lo comiera. Et preguntó a la muger que por qué lo fiziera, et ella dixo que la culuebra la engannara. Luego entonçe maldixo Dios a la culuebra de muy fuertes maldiçiones. Otrosí maldixo a la muger, et aun maldixo [a] Adám. Et tiróles quanto bien avían; ca Nuestro Sennor Dios criara [a] Adám et a Eva et conplidos de todo bien, así que ellos et todos los <qué> dellos viniesen nunca oviesen pesar nin dolor, nin sintiesen ninguna mengua, nin envegeçiesen nin oviesen fambre nin sed nin frío nin calentura; mas que sienpre estudiesen en alegría et en plazer. Et algunos sabios dizen que nunca avían de morir, mas que sienpre avían de fincar en aquella gloria. Et otros dizen que porque eran conpuestos de cuerpo et de alma et de los elementos, que non se podría escusar de se partir el alma del cuerpo; mas quando fuese este partimiento sería sin ningún dolor et sin pesar, et que en cuerpo et en alma serían en paraíso, et que sería el cuerpo glorificado.

Et commo quier que esto digan los unos sabios et los otros, lo çierto es que por el pecado que Adám et Eva fizieron que los maldixo Dios et que perdieron quanto bien avían. Ca por vida cobraron muerte, et por plazer cobraron pesar, et por salud cobraron enfermedat. ¿Qué vos diré mas? De todos quantos vienes Dios en ellos pusiera, de todos cayeron en el contrario. Et desque este pecado ovieron fecho et Dios los maldixo, segund dicho es, sacólos del paraíso, et mandólos que labrasen en la tierra et biviesen et se mantobiesen de su lazerío et por su trabajo.

Et de allí adelante, por el pecado que Adám fizo, fincaron él et su linage jubgados {60b} de Nuestro Sennor que muriesen con dolor, et en quanto visquiesen que fuese la su vida con pesar et con trabajo, tanbién del cuerpo commo de la voluntad. Pero fue la su merçed del dar entendimiento et rrazón natural, et por ende pueden los omnes mereçer o desmereçer. Ca pues an entendimiento et poder para bien et mal, si dexan el bien et fazen el mal an desmeresçimiento et pena en este mundo et en el otro; et si dexan el mal et fazen el bien an meresçimiento et galardón en este mundo et en el otro.

Et porque el omne es conpuesto de cuerpo et de alma, del bien o del mal que fazen entramos an gloria et pena. Ca en este mundo por el bien que fazen seyendo ayuntados en uno, an gloria en los buenos plazeres et sin pecado que ha en los bienes tenporales que Dios les faze; et en el otro mundo abrán gloria spiritual, el alma en el paraíso do es Dios, que es gloria spiritual de las almas et sin fin.

Pues, sennor infante, vós me podedes agora preguntar que pues yo digo que por los vienes et por los males que el cuerpo et el alma fazen seyendo ayuntados en uno en este mundo, que an galardón et pena en este mundo mismo, et vos digo que por los vienes et por los males que el cuerpo et el alma fazen en este mundo que avrá el alma galardón et pena spiritual en el otro mundo; et non vos digo ninguna cosa que será del cuerpo estonçe, ca pues el cuerpo fue en este mundo parçionero et obrador en las buenas obras et en las malas que el alma et el cuerpo fizieron seyendo ayuntados en uno, la justiçia de Dios non sería conplida si en el otro mundo el cuerpo non oviese gloria o pena. Et çiertamente, sennor infante, esta pregunta sería muy derecha et muy con rrazón. Et ésta es una de las cosas que mucho ayudan a lo que vós queredes saber de mí, que es la avantaja que ha la ley de los christianos de las otras leys. {60c} Mas, con la merçed de Dios, yo vos rrespondré adelante do bienen todas estas rrazones en su lugar, et las podredes mejor entender.»