Libro de los estados

El primer libro

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[Capítulo XIV]

El xiiii° capítulo fabla en cómmo el rrey Morabán se marabilló mucho de aquellas rrazones que el infante Joas su fijo le diz[ía]. { 50d }

El rrey se maravilló mucho de aquellas rrazones que el infante su fijo le dizía. Pero plógol mucho porque entendía por ellas el entendimiento del infante. Et por ende le dixo: «Fijo infante, destas rrazones que me vós dizides me marabillo; et me plaze que me digades lo que quisiéredes, et bien cred que lo oiré muy de grado et faré quanto pudiere(n) por conplir vuestra voluntad en toda cosa que sea pro et onra de mí et de vós. Porque ayuntadas cosas somos que non puede ser ninguna cosa pro et onra del uno que non sea del otro.»

«Sennor,» dixo el infante, «yo agradesco a Dios et a vós esto que me dizides. Et pues tanta merçed me prometedes tened por bien de me fazer otra, que querades fazer merçed et galardonar a Turín por la criança que en mí ha fecho et por el trabajo que tomó en mío serviçio, et non tomedes enojo nin sospechedes que él nunca fizo cosa que fuese contra el vuestro mandado.»

El rrey le dixo que así lo creía, et quel aseguraba que así lo faría commo el infante gelo pidía.