Libro de los estados

El primer libro

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[Capítulo XV]

El xv° capítulo fabla en cómmo el infante dixo al rrey su padre que pues esto le prometía et era çierto que era él tal que non faría ninguna cosa contra lo que una vegada prometiese, quel contaría toda su voluntad.

«Sennor», dixo el infante, «pues esto me prometedes et só çierto que vós sodes tal que non faredes ninguna cosa contra lo que una vegada prometedes, agora vos contaré toda mi voluntad et todo lo que me acaesçió.»

Entonçe le contó todo lo quel acaesçiera con Turín quando falló el cuerpo del omne finado en la calle, et preguntól quel dixiese si era verdat aquello así commo Turín gelo avía dicho et commo lo él entendía.

El rrey se marabilló mucho daquellas rrazones tan buenas et tan sotiles que dixiera el infante a Turín. De otra parte reçeló que era caído en aquello que él quisiera guardar que el infan{51a}te non sopiese. Et por ende le dixo: «Fijo infante, vós sodes aún muy macebo. Et estas cosas, que son rrazón para [poner] omne en grant cuidado, non querría que cuidásedes en ellas; que vos podrían enpesçer a la salud del cuerpo. Mas pensat et fablat en las cosas que son de cavallería en que podredes tomar plazer con vuestros grandes omnes – que avedes, loado a Dios, asaz dellos por vasallos – así commo cavalgar et caçar et trebejar con ellos, et seredes por ende más amado dellos.»

«Sennor», dixo el infante, «todas estas cosas que me dizides que yo faga, bien entiendo que son buenas et que cunplen mucho para el estado [de cavallería] et fío por Dios que yo trabajaré quanto pudiere por conplir lo que vos me mandades. Pero pídovos por merçed que me respondades a lo que yo vos dixe.»

Pues el rrey vio que el infante le demandava respuesta tan con rrazón, non le quiso encobrir la verdat. Et por ende le dixo que todo lo que Turín le dixiera que todo era verdat, et eso mismo lo que él pensara.