Gustavo Adolfo Bécquer
1836 - 1870
La ventá encantada
Acto segundo
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Escena XII.
Los mismos y D. Quijote: este, cuyas desaforadas voces se habrán ya oido, aparece en lo alto de la escalera practicable del fondo, en camisa, envuelto en una manta vieja, calado el grasiento gorro de dormir que marca la novela y con la espada desnuda. Despues de decir los primeros versos baja al proscenio y se arrodilla delante de Dorotea. D. Fernando, terminado el concertante, se resuelve, y repeliendo con dureza á Dorotea que está á sus pies, hace señas á los suyos, arrolla á los Cuadrilleros y escapa peleando por la puerta del fondo. Los Cuadrilleros repuestos de la sorpresa del primer ataque, los persiguen y se oye dentro el ruido de los disparos y el choque de las armas. Dorotea, al verse tan bruscamente rechazada por su amante, sucumbe al dolor, arroja un grito y cae desvanecida: Lucinda, Cardenio, el Cura, el Barbero y la gente de la venta acuden en su auxilio: D. Quijote, que en este momento ha llegado adonde se encuentra Dorotea desmayada, se arrodilla; pero nadie le hace caso.
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