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Escena IX.
Los mismos, Dorotea, Cardenio y el cura, que se queda hácia el fondo. Dorotea entra montada en una mula, y ricamente vestida en su traje de mujer. Cardenio arreglado el cabello, despojado de la barba y vestido con un traje del Barbero, trae la mula del palafren, y ayuda á Dorotea á bajar, llevándola despues la cola del vestido.
Coro. |
Ved esa dama que se adelanta;
bello es su rostro, breve su planta.
¡Oh! ¿quién será?
Brocados viste de grande estima;
pero miradla, ya se aproxima,
aqui está ya.
| Dor. |
(Desciende de la mula y comienza con tono enfático y pomposo.)
Glorioso, ilustre é ínclito
amparo de los débiles,
á quien la fama póstuma
abrumará de hipérboles.
| Quij. |
(Confundido y ruborizado.)
Señora...
| Dor. |
(Prosigue sin hacerle caso.)
¡Excelso!
| Quij. |
Basta.
| Dor. |
¡Valiente!
| Quij. |
Basta ya.
| DOR. | ¡Heróico!...
| Quij. |
Señora...
| Dor. |
¡Sublime!... (Hincando una rodilla.)
| Quij. |
(Corriendo á levantarla.)
Por piedad,
que vais á confundirme;
del suelo levantad.
| Dor. |
(Permanece de rodillas.)
Del suelo la rodilla
jamás levantaré,
señor, si lo que os pido
cumplir no prometeis.
| Quij. |
Pedid, noble señora.
| Dor. |
Un don tan solo es.
| Quij. |
Pedid, que mis ofertas
fielmente cumpliré,
si no es contra mi fama,
en mengua de mi rey,
ó indigno de la hermosa
que es dueña de mi fé.
| Dor. |
Tan solo es que á mis reinos
vengais para vencer
á un giganton tamaño,
á un monstruo, á un Lucifer,
que usurpa mi corona.
Decid... ¿lo jurareis?
| Quij. |
(Con solemnidad.)
Lo juro.
| Dor. |
¡Oh Dios! dejadme
que bese vuestros pies.
(Hace ademan de querérselos besar y D. Quijote se apresura á levantarla.)
Á un tiempo.
| Coro, Dor., Card. y Barb. |
El que se libre
por esta vez
de ir á la aldea
no puede ser.
Ya á sus locuras
no hay que temer,
pues el incauto
cayó en la red.
| Quij. |
Pronto al gigante
fin le daré.
Nueva aventura
voy á correr.
Y pues la hazaña
digna es de un rey,
á mi señora
la ofreceré.
| Sancho. |
Ya tengo ínsula,
ya la atrapé:
solos, de gusto,
bailan mis pies.
¡Oh, qué alegria!
¡Oh, qué placer!
Ya tengo ínsula,
ya la atrapé.
――――
| Quij. |
La lanza, el fuerte escudo
y el yelmo dáme, Sancho;
(Sancho dá á su señor la bacia, la lanza, etc.)
acerca á Rocinante,
ensíllame á ese rayo,
(Sancho trae á Rocinante al proscenio.)
partir quiero ahora mismo
al campo del honor.
(D. Quijote monta á caballo, embraza la adarga y desnuda el acero.)
Temblad, tiranos; temblad, felones;
ya la tizona se desnudó,
que á los malsines y á los follones
de una á otra zona causa pavor.
(Dorotea habrá subido durante estos últimos versos á la mula, y cuando D. Quijote concluye se pone en marcha la comitiva.)
| Coro. |
Ya á sus locuras
no hay que temer,
pues el incauto
cayó en la red.
Fin del acto primero.
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