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Escena VI.
Los mismos, que vuelven con Dorotea, la cual sale vestida de aldeano, y trae en la mano un lio como de ropa, que dejará en cualquiera parte.
Card. |
Venid, venid: ayudaros
solo queremos.
| Dor. |
Señor,
gracias por tanto favor,
que no sé cómo pagaros.
| Cura. |
Muy grandes deben de ser
los males que padeceis,
cuando en tal estado os veis.
| Dor. |
Soy una infeliz mujer,
en quien mas la irreflexion
de la edad culpa ha tenido
del estado á que ha venido,
que un perverso corazon.
Niña en un hombre creí,
y plebeya á un noble amé.
Cuál el desenlace fué
de esa historia, vedlo aquí.
Doliente y sola lloraba
mi afrenta y su villania,
cuando supe en mi agonia
que á otra mujer se enlazaba.
Mis padres abandoné,
y disfrazándome asi
á impedírselo partí;
mas tarde, muy tarde fué.
Que aunque en la fiesta nu peial
su dama se desmayó,
y en el pecho se la halló
con un billete un puñal;
billete en el que decia
que de otro hombre era amada,
y antes que su fé jurada
romper, morir preferia;
y aunque despues se fugó
á un ignorado convento,
sin duda en su seguimiento
él tambien despareció.
| Cura. |
¡No lloreis! que al fin la calma
tras negra tormenta viene.
| Dor. |
¡Ya esto remedio no tiene!
| Card. |
¡Lo tendrá, juro á mi alma!
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CANTO.
(La coge de la mano y la lleva á un lado del teatro.)
| Card. |
Dorotea, Dorotea.
| Dor. |
(Mirándole con asombro.)
¡Me conoce!
| Card. |
¡Si, por Dios!
sois la hermosa á quien perjuro
don Fernando abandonó.
| Dor. |
¿Cómo vos sabeis mi nombre
si jamás ¡o he dicho yo?
| Card. |
Como sé que es ese anillo
del infame seductor.
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Y que en la noche
que os lo entregó,
por su testigo
poniendo á Dios,
en justo premio
de tanto amor,
daros su mano
con él juró.
Y lo olvidó.
Sobre la frente
de ese traidor,
caiga del cielo
la maldicion.
| Dor. |
Cierto, en la noche
que me lo dió,
por su testigo
poniendo á Dios,
en justo premio
de tanto amor,
darme su mano
con éljuró:
y lo olvidó!
Pero aunque ingrato
me abandonó,
que feliz viva
deseo yo.
| Card. |
Vengaré vuestra deshonra,
os lo juro por mi honor.
| Dor. |
¡Me conoce!
| Card. |
Si, os conozco.
| Dor. |
Mas ¡Dios santo! ¿quién sois vos?
――――
| Card. |
Yo soy á quien el pérfido
su amante arrebató;
yo soy la triste víctima
del cielo y del amor.
――――
| Dor. |
¿Sois Cardenio?
| Card. |
Lo dijisteis.
| Dor. |
¡Sois Cardenio!!
| Card. |
El mismo soy.
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CARDENIO.
Pues nuestra causa
la misma es,
por vuestra honra
yo velaré.
Y al Dios que próvido
nos une aqui,
ó devolvérosla
juro ó morir.
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DOROTEA.
Pues nuestra causa
la misma es,
pues por mi honra
vos velareis,
el Dios que próvido
nos une aqui
oirá las súplicas
de una infeliz.
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HABLADO.
| Dor. |
Cardenio, mi gratitud
¿cómo mostraros podré?
| Card. |
Siguiéndome. Yo estas sierras
dejo, dejadlas tambien;
que en una sola venganza
dos agravios borraré.
| Cura. |
De un pueblecillo cercano
soy cura; asi disponed
entre tanto de mi casa.
| Card. |
Yo en su nombre acepto.
| Cura. |
Bien;
mas antes de que la marcha
emprendamos, quiero ver
si á su casa volver puedo
á un pobre paisano, á quien
le falta el juicio... Y creo (A Dorotea.)
que buen resultado dé
mi empresa, si en esta farsa
representais un papel...
(Notando extrañeza en Dorotea.)
Una obra es de caridad.
| Dor. |
Con ese objeto, lo haré.
| Amb. |
(Que viene del fondo.)
Señor, el loco se acerca
con el que á buscarle fué.
| Barb. |
Pues adentro, adentro pronto,
ó todo se echa á perder.
(Entran todos en la cabaña de Ambrosio.)
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