BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Lope de Vega

1562 - 1635

 

Los melindres de Belisa

 

Comedia (1606/08)

 

______________________________________________________________

 

 

 

Acto tercero.

 

Salen Eliso y Lisarda.

 

Lisarda:

|| Reporta, Eliso, el enojo.

Eliso:

¿En qué guerra le ganaste,

Lisarda, que le trataste

como a bárbaro despojo?

5

|| ¡Virote a vn esclauo honrado,

y que apenas tuyo es!

¿Qué le pondrás de aquí a vn mes?

Lisarda:

Mi hija es loca y ha dado

|| en aqueste desatino,

10

temiendo que se ha de yr.

Mas tú la puedes reñir.

Eliso:

¡Por Dios, Lisarda, que vino

|| a lindo dueño el esclauo

15

del regalo que tenía!

Pues tú sabrás algún día

quien es.

Lisarda:

Su virtud alabo

|| y doy la culpa a Belisa.

Eliso:

¿Es melindre herrar vn hombre

que, si supieras su nombre,

20

aunque su talle te auisa,

|| te mouieras a piedad?

Pero ve, porque la riñas.

Lisarda:

Pondréle entre las dos niñas

de los ojos.

Eliso:

Regalad

25

|| a quien también lo merece

que algún dia . . .

Lisarda:

Pues ¿quién es?

Eliso:

Yo sé que sabrás después

lo que quien ama padece.

Lisarda:

|| En gran confusión me pones.

Eliso:

30

No ay que preguntarme más.

Presto, Lisarda, sabrás

notables trasformaciones.

Lisarda:

|| ¡O amor! Si fuessen verdad

las sospechas que he tenido,

35

oy a este esclauo fingido

declaro mi voluntad.

 

Vase Lisarda y sale Carrillo, lacayo.

 

Carrillo:

|| No sé quién puede sufrir

vna muger tan cansada.

Eliso:

¿Qué ay, Carrillo?

Carrillo:

Poco o nada.

40

Nada se puede dezir

|| aquello que sólo es viento:

los melindres viento son.

Eliso:

No lo son a mi passión,

aunque el viento es elemento

45

|| que en fuego suele mudarse,

y desse viento es mi fuego.

Carrillo:

Pésame que estés tan ciego.

Eliso:

Puesto que bastara a helarse

|| en sus melindres amor,

50

por ser de su fuego hielo,

yo me abraso y me desuelo.

Carrillo:

Si yo no fuera, señor,

|| por Tiberio tan aprisa,

lindas cosas te contara.

Eliso:

¿Son de Belisa?

Carrillo:

55

Repara

en que la niña Belisa,

|| la que vn confite de mana

parte en dos para comelle,

y a quien vn dia vi hazelle,

60

de sólo ver vna rana,

|| dos sangrias en vn hora,

ha dado en vnos desmayos

que, como el sol por sus rayos,

muestran que este esclauo adora.

65

|| En estando désmayada,

le han de llamar o morirse.

Y esto viene a resumirse

en que la niña alcorçada

|| toma la mano al esclauo,

70

que dize que el coraçón

siente sossiego en razón

de las vñas.

Eliso:

Mucho alabo

|| la virtud de Pedro en ser

de Belisa medicina,

75

si no es que a querer se inclina

lo que no puede querer.

Carrillo:

|| ¿Por qué no? ¿No es hombre?

Eliso:

Sí,

que en fin, aunque esclauo, es hombre.

Carrillo:

Pues si no lo estorua el nombre,

80

está seguro de mí,

|| que he visto en él que la adora,

aunque finge estar cansado

de verse siempre ocupado

en curar esta señora.

85

|| Mas es hombre y es querido,

ella hermosa y él mancebo.

No picar en tanto cebo

tan de bestia huuiera sido,

|| que la vña que tocara

90

le fuera de más prouecho.

Mas ¿no miras lo que ha hecho

ésta a quien la fénix rara

|| vrraca le parecía,

y el más galán, sayagués?

Eliso:

95

Castigo del cielo es.

Carrillo:

¡Qué bien vn hombre dezía,

|| que no ay eleción más fea

que en la muger melindrosa!

Pero ¿mandas otra cosa?

Eliso:

Adiós.

Carrillo:

Adiós.

Eliso:

100

¡Que se crea

|| de vn hombre honrado y amigo

esta trayción! ¿Esto aguardo

en galardón, Felisardo?

¿Tal trayción vsas conmigo?

105

|| ¿Es possible que oluidado

de Çelia, mi dama quieres?

 

Sale don Iuan.

 

Juan:

¿Que aquí quedaua?

Eliso:

¿Tú eres

noble, tú amigo, tú honrado?

Juan:

|| Eliso mio.

Eliso:

Don Iuan.

Juan:

110

¿Qué esclaua es ésta que aquí

truxiste?

Eliso:

Bueno.

Juan:

¡Ay de mi!

Eliso:

– Todos parece que están

|| contra mi honor de concierto. –

¿Dirás que te agrada?

Juan:

Y tanto,

115

que de que viua me espanto

vn hombre después de muerto.

|| ¿Quiéresmela dar a mi?

¿Quiéresmela a mi vender?

Eliso:

– Mi vengança viene a ser

120

cierta y breue por aquí. –

|| ¿Quiéresla bien?

Juan:

En mi vida

me he visto en tan triste estado;

tanto, que tengo pensado,

si de quien soy se me oluida,

125

|| viéndola a mis ruegos fuerte,

hazerla propia muger,

y en acabando de ser

mi muger, darme la muerte,

|| o yrme donde jamás

130

visto de algún hombre sea.

Eliso:

Ya que en seruilla te emplea

amor, por quien loco estás,

|| sólo te puedo aduertir

que es muger tan principal

135

que no naciste su ygual.

Juan:

¿No es turca?

Eliso:

Lo que es dezir

|| quién es, has de perdonarme.

Basta dezirte que aciertas

si el casamiento conciertas.

Juan:

140

¿Con ella puedo casarme?

Eliso:

|| Por no te dezir quién es,

me voy.

Juan:

Espera.

Eliso:

No puedo,

que tengo a la lengua miedo,

y yo te hablaré después.

 

Vase Eliso.

 

Juan:

145

|| No en vano yo te adoraua,

¡o prenda del alma mía!

Pues el alma me aduertía

de aquello que yo inoraua.

|| ¿Ay tal bien? ¿Ay tal ventura?

 

Sale Lisarda.

 

Lisarda:

150

¿De qué es la ventura y bien?

Juan:

De que los cielos me den

vna esperança segura,

|| de que fuý Pygmaleón,

pues se me ha buelto muger

155

la que fué de piedra ayer

para mi honor y opinión.

|| Madre, yo estoy ya casado,

no me preguntéys con quién,

que yo sé que os está bien,

160

si Eliso no me ha engañado.

|| Aperceuid, madre mía,

joyas y casa a vna nuera,

que si el sol hijos tuuiera,

preciarse della podría.

165

|| Ya descansaréys, señora,

del cuydado de mi estado,

ya el cielo muger me ha dado;

no me preguntéys agora

|| quién, para qué ni por qué:

170

que el quién, es el bien que vi;

el para qué, para mí;

y el por qué, porque la amé.

|| Y ha de ser desta manera,

el cómo y quándo se acabe:

175

el cómo, como amor sabe,

y el quándo, quando Dios quiera.

 

Vase.

 

Lisarda:

|| ¿Qué enigmas, qué desatinos

son éstos? ¿Qué loco error

de los consejos de amor?

180

Pero todos son caminos

|| para conocer que son

estos esclauos fingidos.

Pensamientos atreuidos,

tomemos resolución.

185

|| Este esclauo es cauallero:

¿qué aguardo, pues que le adoro?

 

Sale Belisa, furiosa y Çelia y Flora teniéndola.

 

Belisa:

|| Llamadme esse perro moro,

de quien mi remedio espero.

Presto, presto, que aprieta

190

fuertemente el coraçón.

Lisarda:

¿Qué es esto?

Çelia:

Aquella passión,

que la oprime y la sugeta

|| a los desmayos que ves.

Belisa:

Llamad a Pedro, enemigas.

Lisarda:

195

Hija, ¿de qué te fatigas?

¿Qué es esto?

Belisa:

¿No veys lo que es

|| esta fuerça del sentir

y este forçoso callar?

Çelia:

A Pedro voy a llamar.

Belisa:

200

No tú, Flora puede yr.

Flora:

|| Pues yo voy.

Çelia:

– ¡Que Felisardo

guste de que viua aquí! –

Belisa:

Madre, duélase de mí.

Lisarda:

¿Qué tienes?

Belisa:

La muerte aguardo.

Lisarda:

|| ¿Qué sientes?

Belisa:

205

Vn no sé qué

que me da en el coraçón

con vna cierta passión,

que se siente y no se vee.

|| Tengo en él vn arador

210

que me escarua y haze mal,

como vn granito de sal,

y aun sospecho que es menor.

|| Tengo el coraçón tan niño

que llora de qualquier cosa.

215

Madre mía, madre hermosa,

oyga, mire que la riño

|| de que no me ha regalado.

Lisarda:

Triste, ¿qué te puedo hazer,

si el coraçón ha de ser

220

con epítimas curado?

|| Gasta mi hazienda en jacintos,

en perlas, oro y corales.

Belisa:

¿No ve que son estos males

de los que piensa distintos?

225

|| Hágame, madre, vna cuna,

donde mezca el coraçón,

porque duerma en la passión

que me aflixe y importuna.

|| Cómpremele vn vaquerito

230

y vnos çapatos dorados,

déle confites pintados.

Lisarda:

¿Estás loca?

Belisa:

Hable quedito,

|| que pensará que es el coco.

Çelia:

Será el coraçón primero

235

con çapatos y vaquero.

– ¿Ay tal melindre? –

 

Salen Flora y Felisardo.

 

Felisardo:

Estoy loco.

Flora:

|| Ten paciencia, que has de ser

médico desta donzella.

Felisardo:

¿Téngome de andar tras ella,

240

teniendo tanto que hazer?

|| ¡Por mi fe que estamos buenos!

¿Quién limpiará los cauallos?

Lisarda:

Solos podemos dexallos.

Çelia:

– Yo me esconderé a lo menos. –

Lisarda:

245

|| Siéntate en aquesta silla. –

Y tú, Pedro, llega a hablalla.

Felisardo:

¿Cómo podré yo curalla?

Tu engaño me marauilla.

|| ¿Qué tengo yo que la curan

250

mis vñas? ¿Soy la gran bestia?

Lisarda:

¿Esto te causa molestia?

Felisardo:

Gentil médico os procuran:

|| a quien cura los cauallos

remiten vuestra salud.

Lisarda:

255

Tienes tú grande virtud.

Ea, bien podéys dexallos.

|| Acude, Flora, a tu hazienda,

que a hablar con Tiberio voy.

 

Vanse Lisarda y Flora y escóndase Çelia.

 

Çelia:

Cielos, escondida estoy,

260

hazed que este enrredo entienda.

Felisardo:

|| Ea, pues ya estoy aquí,

¿qué he de hazer?

Belisa:

Dame essa mano.

Felisardo:

– Bien te entiendo, amor tirano,

pero ¿qué quieres de mí?

265

|| Adoro a Çelia, aborrezco

este melindre y enfado. –

Ya la mano os he tomado.

Belisa:

Válgame amor, que enmudezco.

Felisardo:

|| Corrido estoy que toméys

270

mano tan áspera y callos,

que de almohazar seys cauallos

la tienen como la veys.

Belisa:

|| Con ella descanso, Pedro.

Felisardo:

Pues si os hago bien, señora,

275

¿cómo este virote agora

por el bien que os hago medro?

|| ¿Por qué me tratáys ansí,

si vuestro médico soy?

Belisa:

Porque si te vas, me voy

280

hasta la muerte sin ti.

Felisardo:

|| ¿A quál esclauo sin culpa

clauos y virote han puesto?

Belisa:

¡Jesús! Apriétame presto,

y no me pidas disculpa.

285

|| Aquí, aquí, ¡qué gran dolor!

Felisardo:

¿Qué tiene vuessa merced?

Belisa:

Desseos de hazer merced

a quien ni aun pide fauor.

Felisardo:

|| ¿Como es esso?

Belisa:

No sé a fe.

290

Pónenseme vnas cositas

en los ojos tamañitas,

que apenas el sol las ve;

|| y éstas se me entran por ellos,

y con dulce alteración

295

pellizcan el coraçón.

Felisardo:

¡Qué lástima!

Belisa:

Tenla dellos.

Felisardo:

|| Mayor la tengo de mí,

por vos con este virote.

Belisa:

Pues esso no te alborote,

300

que yo le traygo por ti.

|| ¿Qué dixe? ¡Jesús! ¿Qué es esto?

Loca estaua, necia estoy.

¡Qué desgracia! Muerta soy,

aprieta essa mano presto.

Felisardo:

305

|| Desmayóse. ¡Ay cosa ygual!

Vergüença deuió de ser;

fácil está de entender

la calidad de su mal.

|| Pero, triste yo, ¿qué haré?

310

¿Qué remedio le he de dar?

 

Sale Çelia.

 

Çelia:

Bien la puede remediar

vuessa merced.

Felisardo:

Yo, ¿por qué?

Çelia:

|| Porque quien le dió la mano,

¿qué puede negarle ya?

Felisardo:

315

¡Qué necio tu amor está!

Çelia:

Necio si, mas no liuiano.

|| ¡A, Felisardo! ¿Qué es esto?

Pues no creas que he de estar

donde me puedas picar

320

tan libre y tan descompuesto.

|| Don Iuan me quiere, yo haré

que oy en sus manos me veas.

Felisardo:

Sin culpa matar desseas

quien por la tuya se vee

325

|| en tantas persecuciones.

Esta loca melindrosa

anda, mi bien, codiciosa

de que entienda sus razones.

|| Y es que sin duda ha sabido

330

o sospecha lo que soy;

forçado con ella estoy,

médico violento he sido.

|| Aqui me tomó la mano,

y este diamante que ves

335

me puso en ella. No estés

conmigo enojada en vano,

|| sino como, en fin, despojos

que de su vana locura

rinde el alma a tu hermosura,

340

oy le presento a tus ojos.

|| Toma el diamante, mi bien,

y vete, no buelua en sí.

Çelia:

¿Que yo me vaya de aquí?

¡Bueno! Aunque el mundo me den.

345

|| Toma tu diamante allá.

Felisardo:

Pues ¿quieres que yo me vaya?

Çelia:

Sí, que si amor la desmaya,

en ti la piedra hallará,

|| y en mi el mayor desengaño.

Felisardo:

350

Pues voyme, que es ley en mí

tu voluntad.

 

Vase Felisardo.

 

Belisa:

¿Esto ohí?

¿Qué aguarda mi loco engaño? –

|| ¡Fuera digo, muerta soy!

Çelia:

¿Qué tienes, señora mía?

Belisa:

355

¡O nube de mi alegría

y del sol que viendo estoy!

|| ¡Madre, madre, Flora, gente

desta casa! ¡Ola criados!

 

Sale Lisarda, Flora, Carrillo.

 

Lisarda:

¿Qué es esto, tristes cuydados?

360

¿Es melindre o acidente?

Belisa:

|| No es melindre.

Lisarda:

Pues ¿qué ha sido?

Belisa:

Agora veréys quién son

esclauos, y si es razón

darle el castigo que os pido.

365

|| ¿Bien conocéys el diamante

que compré en los cien escudos?

Carrillo:

Di más, que nos tienes mudos

en suspensión semejante.

Belisa:

|| Estando aquí desmayada,

370

Zara a mi mano llegó

y el diamante me tomó.

Carrillo:

¡O perra dissimulada!

|| A ver la mano.

Lisarda:

¿Tú, Zara,

agora das en ladrona?

Çelia:

Señora, . . .

Carrillo:

375

Calla, perrona.

Flora:

¡Ladrona! ¿Quién tal pensara?

Lisarda:

|| ¿Qué disculpa puedes dar?

Belisa:

Si a Carrillo no la entregas,

si por su perdón me ruegas,

380

si no la mandas pringar,

|| cuéntame por muerta luego.

Lisarda:

Carrillo.

Carrillo:

Señora.

Lisarda:

A ti

la entrego.

 

Vanse Lisarda y Flora.

 

Carrillo:

Déxame a mí.

Çelia:

Señora, . . .

Belisa:

Ponla en vn fuego.

Carrillo:

385

|| Ya vuessa merced está,

como ha visto, en mi poder.

Çelia:

Pues bien, ¿qué quieres hazer?

Carrillo:

Esso agora lo verá.

|| Desnúdese.

Çelia:

¿Estás en ti?

Carrillo:

390

Galga, agradezca que plugo

a su dicha, que vn verdugo

tuuiesse tan noble en mí,

|| y concluya, que ha de auer

açote y tozino ardiendo.

Çelia:

¿Tú eres hombre?

Carrillo:

395

Assí lo entiendo.

Çelia:

¿Y sabes que soy muger?

Carrillo:

|| Esso agora lo veremos.

Desnude.

Çelia:

Tiempo es de hablar.

¡Felisardo!

Carrillo:

Esso es cansar

400

los ayres haziendo estremos.

Çelia:

|| ¡Felisardo, esposo mio!

Carrillo:

Su esposo está con Mahoma.

Acabe.

 

Sale don Iuan.

 

Juan:

Aunque vaya a Roma,

veréys si en mi error porfío.

405

|| Y yo sé muy bien quién es.

Çelia:

¡Don Iuan, señor!

Juan:

¿Qué es aquesto?

Carrillo:

Quando lo sepas, verás

que causa y licencia tengo.

El diamante que tu hermana

410

compró ayer de aquel platero,

le hurtó la perra que miras,

la de los ojos honestos.

Hanme mandado açotalla,

y yo, como ves, . . .

 

Saque la estada.

 

Juan:

¡O perro!

¿A un ángel?

Carrillo:

415

Tente, señor.

Si es ángel, no tengas duelo,

porque si espíritus son,

y están, como ves, sin cuerpo,

mal pudé yo hazerle agrauio.

Juan:

420

Villano, matarte tengo.

Carrillo:

¡Tiberio, Lisarda, Flora,

Belisa!

Çelia:

Dexalde, os ruego,

que era en efeto mandado.

Juan:

Por vos, señora, le dexo.

425

¡Ay tal maldad, ay tal furia!

¡Ay tal embidia! Ojos bellos,

tomad vengança en los míos,

ponedme esta espada al pecho.

Veysla aquí, matadme, dadme

430

mil muertes, yo las merexco.

Çelia:

Señor, dexadme passar,

que tengo a Lisarda miedo.

Dexadme por Dios, señor;

porque si os hallan en esto,

435

y a mí con vos sin testigos,

aurá testimonios nueuos.

Dexadme yr a la cozina,

dexadme.

Juan:

Espera.

Çelia:

No puedo.

 

Vase Çelia.

 

Juan:

¡Ay tal crueldad! Mas ¿qué mucho

440

que huyáys de verme, pues llego

a tiempo que vn vil lacayo,

obedeciendo al imperio

de vna muger que es mi madre,

intente tal sacrilegio

445

a la imagen que criaron

con tal perfeción los cielos?

Pues mi muger ha de ser,

yo os desengaño, y tan presto,

que os espantéys y tengáys

450

por impossible el remedio.

 

Sale Tiberio y Lisarda.

 

Tiberio:

Don Iuan, ¿qué es esto que dizes?

Juan:

Oýd lo que le estoy diziendo,

pues soys los dos a quien oy

prestar reuerencia deuo,

455

Aquí dexastes vn hombre

que a no se escapar tan presto,

él lleuara el justo pago

de su loco atreuimiento,

para que açotasse a Zara.

460

Pero aduertid que no quiro

que ponga nadie las manos

en mi muger.

Lisarda:

¿Qué es aquesto?

Juan:

Que es mi muger.

Tiberio:

Quánto mejor

fuera, don Iuan, llamar luego

465

quien al Nuncio te lleuara.

Juan:

No estoy loco, no, Tiberio.

Tiberio:

Pues ¿puede tales razones

dezirlas vn hombre cuerdo?

Rapaz, loquillo, inorante,

estaua por darte . . .

Juan:

470

Quedo,

Tiberio:

para sacarte vergüença,

pues no la tienes en ellos,

con la mano en los carrillos,

Juan:

Háblame con más respeto,

475

que si no fueras mi tío . . .

 

Vase don Iuan.

 

Tiberio:

¿Tú a mi?

Lisarda:

Déxale, te ruego,

que si él se quiere casar

con vna esclaua, yo quiero

casarme con vn esclauo.

Tiberio:

¿Qué dizes?

Lisarda:

480

Vengarme tengo.

Mi hazienda le quiero dar,

oy me casaré con Pedro;

que ya no puedo sufrir

de don Iuan atreuimientos

485

y melindres de Belisa.

Tiberio:

Tan necia estás como ellos.

Pero quiérote dezir

para los dos vn remedio,

con que templarás su furia

490

y puedes ponerlos miedo.

Lisarda:

¿Cómo?

Tiberio:

En la corte, Lisarda,

viue vn cierto cauallero,

cuyo nombre es Felisardo,

parecido en tanto estremo

495

a este Pedro, esclauo tuyo,

que si los juntassen, creo

que los que más los conocen

no pudiessen conocellos,

a tener vestido ygual.

500

Y pues los clauos de Pedro

son fingidos, y el virote

puede quitarlo y ponerlo,

hazle vestir ricamente

en tu casa de secreto,

505

y di que te viene a ver

conmigo, que trato desto;

y fingiendo la escritura

del tratado casamiento,

pondrás temor a tus hijos,

510

y rienda al vno en desseos

y al otro en tantos melindres.

Lisarda:

Bien me parece el consejo;

pero podrán conocer

a Pedro.

Tiberio:

Pues esso quiero,

515

porque pensarán también

que con engaño secreto

das a vn esclauo tu hazienda.

Lisarda:

Sí, pero importa primero

instruyr a Pedro en todo.

Tiberio:

Voyle a hablar.

Lisarda:

520

Parte, Tiberio.

Cielos, sin saber por dónde

a hallar mi remedio vengo.

Sospecho que aqueste esclauo

es el mismo cauallero.

525

Ellos me casan de burlas

con aqueste fingimiento,

y yo de veras me caso,

porque si al alma yo creo,

¿quién duda que es Felisardo

530

éste que parece Pedro?

 

Vanse y salen Belisa y Flora.

 

Belisa:

|| Saca vnas velas aquí.

Flora:

Ya las prevengo, señora.

Belisa:

Arrastra vn bufete, Flora.

Flora:

¿Quieres escriuir?

Belisa:

No y sí,

535

|| porque si mis pensamientos

quiero al papel remitir,

¿qué pluma basta a escriuir

tan estraños sentimientos?

Flora:

|| ¿Cómo fué aquello de Zara,

540

que tanta pena te dió?

Belisa:

Fingí desmayarme yo,

porque el alma se animara;

|| y quando me dió la mano,

púsele el diamante en ella.

Flora:

¿A Pedro?

Belisa:

545

Sí, que por ella

pudo entenderme el villano.

|| Mas no me quiso entender,

pues que saliendo zelosa

essa esclaua rigurosa,

550

esse demonio o muger,

|| que escondida nos miraua,

aquel diamante le dió,

imaginando que yo,

Flora, desmayada estaua.

555

|| Yo, con los justos enojos

que de su amor recebí,

que ella me le hurtó fingí

por desagrauiar mis ojos.

|| Pero no lo quedé bien

560

del castigo preuenido.

Flora:

Don Iuan la culpa ha tenido

para que no se le den.

|| Pero mira que has errado

en pensar que Pedro entiende

565

tu amor, pues que se defiende;

que lo que le has declarado

|| no ha sido más que por señas;

y en amores desiguales,

si no eliges medios tales

570

y le preuienes y enseñas,

|| no vendrá en conocimiento

de tu amor.

Belisa:

Si yo supiesse,

Flora, que este Pedro fuesse

quien tengo en el pensamiento,

575

|| pienso que me atreuería

a dezirle en el rigor

que estoy de zeloso amor.

Flora:

Siempre de la luz del día

|| huye la vergüença noble.

580

Noche es ya, la escuridad

para toda libertad

suele dar licencia al doble.

|| Háblale sin luz, y di:

«Pedro, yo soy, yo te quiero.»

Belisa:

585

Los melindres considero

con que he viuido hasta aquí.

|| Pero si por castigarme

amor esto permitió,

será resistirme yo

590

dar armas para matarme.

|| Mas ¿sabes lo que has de hazer

quando Pedro venga aquí,

para que yo pueda ansí

esta vergüença romper?

595

|| Fingir que al despauilar

las velas, mataste alguna.

Flora:

Si, ¿mas la otra?

Belisa:

Ninguna

luz con luz ha de quedar;

|| que la del entendimiento

600

tengo de cegar también,

para que pueda más bien

dezille mi pensamiento.

|| Pero retírate aquí,

que éstos los esclauos son.

 

Sale Çelia y Felisardo.

 

Felisardo:

605

Esta determinación,

Çelia, me prouoca ansí.

Çelia:

|| Detente y míralo bien.

Felisardo:

Yo me quiero declarar;

que no es razón esperar

610

a que alguna vez te den

|| el castigo que oy querían,

y que vn lacayo villano

ponga en los ojos la mano

que en luz al sol desafían.

Çelia:

615

|| Míralo mejor primero.

Felisardo:

¿Qué tengo ya que esperar,

si me acaban de contar

que el nauarro cauallero

|| oy salió a missa de herido,

620

como suelen las de parto?

Y fuera desso, estoy harto

de las penas que he sufrido.

|| Como mal, duermo peor,

traygo este virote aquí,

625

que a no ser esto por ti

era insufrible rigor.

|| Ayer, ¡mira qué vergüença!

me hizieron yr hasta el río.

Çelia:

Mira, Felisardo mio,

630

que la fortuna comiença

|| por vn aduerso sucesso,

y después se siguen mil.

Confiesso que el traje es vil,

y tus trabajos confiesso;

635

|| pero considera en mí

no menos pena y dolor.

Felisardo:

Pues ¿será sufrir mejor?

Çelia:

Dízeme el alma que sí.

|| Salte de la sala luego,

que está allí Belisa.

Belisa:

640

Espera,

Pedro.

Felisardo:

Tengo que hazer fuera.

Çelia:

Espera.

Felisardo:

Temblando llego.

Belisa:

|| No te vayas, que después

que no esté mi madre aquí,

tengo que hablarte.

Çelia:

645

¡Ay de mí!

Felisardo:

¿Qué tienes?

Çelia:

¿Ya no lo ves?

Felisardo:

|| Dirás que zelos.

Çelia:

¿Soy yo

de piedra?

Felisardo:

Piensa, mi bien,

que aunque mil mundos me den,

650

diré a todo el mundo no.

 

Salen Lisarda y Tiberio.

 

Lisarda:

|| Esto dizen.

Tiberio:

Es don Iuan

moço, no me marauillo.

Lisarda:

Pues más me ha dicho Carrillo.

Tiberio:

¿Cómo?

Lisarda:

De concierto están

655

|| él y sus locos amigos

de robar la esclaua.

Flora:

Agora

es impossible, señora,

hablarle, que ay mil testigos.

Belisa:

|| Calla, que bien sabe amor

660

dar a los estremos medio.

Flora:

Pues executa el remedio,

porque le tenga el dolor.

Belisa:

|| ¡Flora!

Señora.

Belisa:

Essas velas

auisa.

Felisardo:

Al despauilar

665

llama esta loca auisar.

Flora:

El amor todo es cautelas.

Belisa:

|| ¿Matástela?

Flora:

Por cortalla

baxa, la vela maté.

Belisa:

¿Que esto no sabes?

Flora:

No sé

670

auisalla y sé matalla,

|| porque quien mata no auisa;

con estotra encenderé.

Belisa:

Aguarda, y te enseñaré

cómo se auisa.

Flora:

O ¡qué risa!

675

|| La vela has muerto también.

Lisarda:

¿Qué es esto?

Tiberio:

A escuras estamos.

Lisarda:

¿Cómo?

Flora:

Las velas matamos

por auisarlas más bien.

Lisarda:

|| Ésta es famosa ocasión

680

para allegarme a mi esclauo.

Belisa:

Oy de declararme acabo,

oy le digo mi afición.

Felisardo:

|| Mientras que velas encienden,

a Çelia quiero acercarme.

Çelia:

685

Pues nadie puede estoruarme

de los que mi mal pretenden,

|| quiero acercarme a mi bien.

 

Vayan poco a poco, Belisa a su madre,

Çelia a Flora, y Felisardo a Tiberio.

 

Lisarda:

¡A, mi bien! ¿Queréys oýrme?

Belisa:

Pues ¿qué quiere amor tan firme,

690

sino que le oygáys también?

 

Felisardo a Tiberio.

 

Felisardo:

|| ¡A, mis ojos! No te enfades

desta loca pretensión.

Tiberio:

¿Dízesme a mí essa razón?

Felisardo:

Luego ¿no te persüades?

Tiberio:

695

|| Yo bien creo que don Iuan

hará qualquier desatino.

Felisardo:

Los de Belisa imagino

que mayor pena me dan.

 

Çelia a Flora.

 

Çelia:

|| En fin, mi vida, ¿que das

en darme zelos?

Flora:

700

¿Quién es?

Çelia:

¿Quién es? Luego ¿no lo ves?

Flora:

En gracioso engaño estás.

Çelia:

|| No la hables, por mi vida.

Flora:

¿A quién no tengo de hablar?

 

Lisarda a Belisa.

 

Belisa:

705

No me osaua declarar;

mas ya no ay cosa que impida

|| dezirte mi pensamiento.

Lisarda:

Sabe Dios lo que he passado

por auer dissimulado

710

la fuerça de mi tormento.

 

Felisardo a Tiberio.

 

Felisardo:

|| ¿Quiéresme dar vna mano?

Tiberio:

¡La mano yo! ¿Para qué?

Felisardo:

No te enojes, pues no fué

el enojarte en mi mano.

Tiberio:

715

|| ¡Ola, velas! ¿Qué es aquesto?

Tu voz, Lisarda, y razones

desconozco.

Belisa:

¡En qué ocasiones,

mi bien, mi vergüença has puesto!

|| Dame vna mano.

Lisarda:

Y las dos.

Felisardo:

720

¿Que la mano no me das?

Tiberio:

¡Velas, ola!

 

Sale Carrillo una vna hacha, alumbrando a don Iuan.

 

Carrillo:

¿Adónde vas?

Juan:

Voy como vn loco, por Dios. –

|| ¿Qué hazéys todos deste modo?

Tiberio:

Lumbre estamos esperando.

Belisa:

725

Con mi madre estaua hablando;

basta, que lo he dicho todo.

Lisarda:

|| A mi hija he declarado

que quiero a mi esclauo bien,

y ella me ha dicho también

730

que tiene el mismo cuydado.

Felisardo:

|| Basta, que a Tiberio hablaua

y requiebros le dezía.

Tiberio:

Lo que entonces no entendía,

pues ser Lisarda pensaua,

735

|| era que Pedro, el esclauo,

me estaua diziendo amores.

Çelia:

¡O noche, madre de errores!

Agora de ver acabo

|| que dixe amores a Flora.

Lisarda:

740

¿A qué vienes como griego

a poner a Troya fuego?

Juan:

Dame mi muger, señora;

|| que la tengo de lleuar

esta noche donde veas

745

que si casarte desseas,

también me quiero casar;

|| que está más puesto en razón.

Lisarda:

Ve, Flora, y encierra a Zara.

Juan:

¿Encerrar?

Tiberio:

Oye y repara.

Juan:

750

¿Quién repara con passión?

Lisarda:

|| Tú también, Pedro, con Flora

guarda a Zara.

Felisardo:

Que me plaze;

porque esto que don Iuan haze

es cosa injusta, señora.

Juan:

|| ¿Vos también, perro?

Felisardo:

755

Yo soy

perro de sola esta huerta,

y mientras guardo la puerta

y por su defensa estoy,

|| aunque por las tapias sea,

760

ni entraréys ni cogeréys

la fruta que pretendéys

y esse loco amor dessea.

|| Que tengo sembrada en ella

vna tan verde esperança,

765

que veréys en mi vengança

lo que pienso hazer por ella.

|| Si el perro quando le agrauian

no ay dueño de que se acuerde,

vos veréys qué perro os muerde:

770

porque amor con zelos rauia.

 

Flora y Felisardo lleuen a Çelia.

 

Juan:

|| Dexadme que esta loca desuergüença

castigue en este bárbaro villano.

Tiberio:

Don Iuan, detente, y mira que no es justo

que a la sangre, a las canas y al consejo

pierdas respeto.

Juan:

775

Yo no he sido viejo;

tú has sido moço, y sabes que amor puede

en tierna edad hazer estas locuras;

y yo no sé de tus obligaciones

el estrecho camino en que me pones.

Lisarda:

780

No le respondas, déxale por loco.

Juan:

Dame, madre, mi esposa.

Belisa:

Aunque he callad,

no me ha faltado, hermano, el sentimiento

deuido a semejante atreuimiento.

¿Qué esposa te han de dar?

Juan:

Zara es mi esposa.

Belisa:

¿Zara, vna esclaua?

Juan:

785

Pues que yo la pido,

yo sé quién es.

Belisa:

Pues si otra cosa sabes

de lo que desta turca saben todos,

procede más discreto, y como noble.

Harás tus diligencias allá fuera.

Juan:

790

Si os traygo aquí quien lo que digo os diga,

¿qué me diréys?

Tiberio:

Si alguno, como tenga

crédito, nos dixere el desengaño,

y pareciere justo que te cases

con muger que en la cara tiene vn hierro,

795

yo mismo quiero dártela esta noche.

Juan:

Parte, Carrillo, y llama a Eliso. Aguarda,

vamos los dos, que hasta su padre mismo

he de traer aquí.

Carrillo:

Señor, ¿qué intentas?

Mira, por Dios, que tu linage afrentas.

Juan:

800

Infame, ¿acaso quieres que te mate?

Carrillo:

¿Con esta luz no ves tu disparate?

Juan:

Amor es luz.

Carrillo:

Confiesso, pero mira

que esta hacha alumbra con aquesta cera

y se aliinenta della, y luego mira

805

que boluiendo su llama hazia la tierra,

la misma cera por quien ésta viue

es de quien muerte y confusión recibe.

Juan:

Philósopho lacayo, ¡viue el cielo

que te corte las piernas! Ve delante.

Carrillo:

810

¿Qué luz podrá alumbrar vn ciego amante?

 

Vanse Carrillo y Iuan.

 

Tiberio:

Buena ocasión, Lisarda, me parece

para hazer tu fingido casamiento.

Lisarda:

Parte, y harás que Pedro se transforme

en Felisardo, y que a las vistas venga.

815

Que yo haré que mis hijos se sossieguen.

Tiberio:

Yo voy, que conocerle es impossible

sin clauos, sin virote y en el ábito

bizarro que le tengo preuenido.

 

Vase Tiberio.

 

Lisarda:

Con este engaño engañaré a Tiberio,

820

que él piensa que a mis hijos doy castigo,

y es que quiero casarme con vn hombre

que sólo tiene ya de esclauo el nombre. –

|| ¿Sabes dónde fué Tiberio?

Belisa:

¿Fué por la justicia acaso?

Lisarda:

825

Pues ¿no sabes que me caso?

¿No has entendido el misterio?

Belisa:

|| ¿Tú te casas?

Lisarda:

Esta noche

vendrá a vistas, ya le espero.

Belisa:

Y ¿quién es?

Lisarda:

Vn cauallero.

830

Ya va Tiberio en el coche

|| para venirse con él.

Belisa:

¿Es martelo que nos das?

Lisarda:

¿Martelo? Ya lo verás,

si no le tengo por él.

835

|| Dáysme terribles enfados

con vuestros locos antojos,

queréysme sacar los ojos

después que os tengo criados.

|| Tenéysme muy acabada,

840

tú con hazer melindritos,

comiendo yesso y barritos,

siempre opilada y sangrada;

|| y aquel necio inobediente

con pedir galas, cadenas,

845

y verter a manos llenas

el oro, que no se cuente,

|| juego, cauallos, rameras,

y agora querer casarse;

pues todo vino a acabarse;

850

las burlas se lian buelto veras.

|| Ya no soy madre mimosa,

ya no lloro ni me acabo;

aunque fuesse de vn esclauo,

será más honesta cosa.

855

|| Quiero, pues que moça soy,

tener quien mire por mí:

hazienda tengo.

Belisa:

Es ansí,

pero oýdme.

Lisarda:

Oyendo estoy.

Belisa:

|| Madre, la mi madre,

860

quexáysos de mí

que soy melindrosa:

la verdad dezís.

Melindres tenía,

con ellos nací;

865

pero son en moças

flores en abril.

Mas vos, mi señora,

que podéys dezir

en las hidalguías

870

del nieto del Cid;

y que al seys y al siete

(sean siete mil)

os ha entrado el as,

aunque lo encubrís;

875

trocáys las edades,

y soys lo que fuý,

por trocar en galas

la toca y mongil.

Si al éuano negro

880

que en la frente os vi,

ponen ya los tiempos

lazos de marfil,

liuiandad parece

que os caséys ansí,

885

y antes de casarme,

pensamiento vil.

Dezís que es vengança.

¡Ay madre! Aduertid

que pues bostezáys,

890

señal que os dormís.

Las flaquezas vuestras

me cargáys a mí;

tenéys carne y hambre,

buscáys peregil.

895

La yerua del prado

os hizo gruñir;

relinchastes, madre,

oyólo el rozín.

No pongáys achaques

900

al viernes aquí;

beueréys el agua,

pues comeys anís.

Queréys compañía,

medrosa viuís,

905

porque no ay maleta

que esté sin cogín.

Aquellos barritos

que dezís de mí,

os han opilado,

910

queréysos morir.

Garabato soys

que al gato dezís

con la boca: «çape»,

con los ojos: «miz».

915

Parecéys ormiga;

la vejez, en fin,

en alada os buelue,

daréys que reýr.

Parabién os doy,

920

si ha de ser ansí;

mas miraldo bien,

y esto sólo oýd:

si es viejo y soys vieja,

juntaréys allí

925

dos sierras eladas:

¡qué triste viuir!

Si es moço y soys vieja,

madre, presumid

que seréys maroma,

930

como él volatín,

que a pies por momentos

os ha de medir,

para dar mil bueltas

al ayre sutil.

935

Con hazienda vuestra

comerá perdiz,

vestirá de tela

algún serafín.

Haránle su Adonis

940

diosas de Madrid,

que bueluen peón

el mejor arfil.

Esto os digo al alma;

pero vos a mí,

945

que a quien quiere hazer,

¿qué sirue dezir?

 

Salen Tiberio y Felisardo muy galán, quitado virote y clauos.

 

Tiberio:

|| Seguro podéys entrar,

que a mí me han dado licencia.

Felisardo:

Aun no me atreuo a llegar.

Tiberio:

950

Pero entrad con aduertencia

de que os auéys de llamar

|| Felisardo.

Felisardo:

– ¡Estraña cosa!

Mi propio nombre me dize

que me llame. –

Lisarda:

Aquí es forçosa

la paciencia.

Belisa:

955

Esto desdize

a tu opinión generosa.

|| Viéndolo estoy, y no creo

que te casas.

Tiberio:

Ya ha venido

tu esposo.

Belisa:

Cielos, ¿qué veo?

¿No es éste Pedro?

Felisardo:

960

Aunque he sido

guiado de mi desseo,

|| quiero dezir que mi amor

truxo esse raro valor.

Lisarda:

Mil vezes seáys bien venido,

965

que yo la dichosa he sido

en mereceros, señor.

Tiberio:

|| Siéntense los desposados.

Belisa:

Tiberio.

Tiberio:

¿Qué es lo que quieres?

Belisa:

¿Es verdad que están casados?

Tiberio:

970

Casados no, no te alteres,

mas pienso que concertados.

Belisa:

|| ¿Pues éste no es Pedro?

Tiberio:

¿Quién?

Belisa:

Pedro, el esclauo de casa

Tiberio:

¿Estás loca?

Belisa:

Y tú también.

975

¿Cómo con Pedro se casa

mi madre?

Tiberio:

Míralo bien,

|| que aquéste es vn cauallero

que se llama Felisardo.

Belisa:

Mirarle de espacio quiero.

980

Él es sin duda. ¿Qué aguardo?

Tiberio:

Mírale mejor primero;

|| que Pedro es esclauo herrado

en el rostro.

Belisa:

Dizes bien;

mucho me has desengañado,

985

aunque puede ser también

que se los aya quitado.

Tiberio:

|| ¿Cómo, si en la carne están?

Mira que es esso locura,

y que por tal te tendrán.

 

Salen Flora y Carrillo.

 

Flora:

990

|| Assí Dios me dé ventura,

como es el nouio galán.

Carrillo:

|| No he visto en toda mi vida

cara a la de nuestro esclauo

tan propia y tan parecida.

Belisa:

Flora.

Flora:

Señora.

Belisa:

995

Oy acabo

esta paciencia ofendida.

|| ¿Éste no es Pedro?

Flora:

Señora,

mucho le parece.

Belisa:

Flora,

ve a llamar a Pedro luego.

Flora:

1000

Verá que éste es Pedro vn ciego.

Pienso que tu madre adora

|| la gallardía y valor

deste esclauo, y que te engaña.

Belisa:

Perro, si te tiene amor

1005

mi madre, y tan loca hazaña

cabe en su perdido honor,

|| no pienses que has de afrentar

mi sangre: que a mí me toca

matarte. Dadme lugar.

Felisardo:

¿,Qué es esto?

Lisarda:

1010

Vna hija loca,

que oy no se pudo encerrar.

|| ¡Ola, llenalda de aquí!

Belisa:

Yo no soy loca, tú sí,

que con vn perro te casas.

Felisardo:

¡Qué lástima!

Belisa:

1015

Mucha passas

haziendo burla de mí.

 

Sale Çelia muy brauamente vestida,

con vn escudero y manto.

 

Çelia:

|| Pienso que a buen tiempo vengo.

Tiberio:

Esta dama es la madrina.

Felisardo:

Guardado este asiento os tengo;

1020

aunque por prenda diuina

más el del alma os preuengo.

Lisarda:

|| Aquí, señora, os sentad.

Belisa:

¿Ésta no es Zara, la esclaua?

Pues, perra . . .

Tiberio:

Essa loca atad.

Çelia:

1025

¿Quién es señora tan braua?

Lisarda:

No la escuchéys, perdonad;

|| que de puro melindrosa

le dan estos acidentes.

Belisa:

¿Ésta no es Zara? ¡Ay tal cosa!

1030

Pues, Zara, ¿por qué consientes,

siendo tú de Pedro esposa,

|| que con mi madre se case?

Çelia:

¿Que de melindres perdió

el seso?

Belisa:

¿Que aquesto passe?

1035

No sería muger yo,

si dellos no me vengasse.

|| Perros, ¿qué es esto?

Felisardo:

Criados,

tened essa loca allá.

Belisa:

¿Mi madre y Pedro casados?

 

Salen don Iuan y Prudencio,

padre de Çelia, Eliso y la justicia.

 

Juan:

1040

La casa de boda está;

entrad, seréys emboçados.

Felisardo:

|| Tápate, Çelia. ¡Ay de mí!

Tu padre viene por ti.

Eliso:

¿Adónde está Felisardo?

Felisardo:

1045

Eliso es éste, ¿qué aguardo?

Alguaçil:

¿Quién es Felisardo aquí?

Felisardo:

|| Yo soy ¿Qué es lo que queréys?

Alguaçil:

¿Es éste?

Eliso:

El mismo.

Felisardo:

¿Tú, Eliso,

traes la justicia?

Eliso:

Y es justo

1050

castigo de vn falso amigo.

Felisardo:

¿Yo falso?

Eliso:

Pues ¿no se vee,

si auiendo yo pretendido

a Belisa por muger,

te casas, como se ha dicho,

1055

y como se ve en el traxe?

Felisardo:

¿Yo?

Eliso:

Pues ¿quién sino tú mismo?

Y para más desengaño

de tu trayción, ¿no es indicio

auerte dexado en forma

1060

de esclauo, herrado y vendido,

para que no te prendiessen

por el passado delito

y hallarte en trage de nouio,

tan galán, vistoso y rico?

Felisardo:

1065

Si hallaras que esso es verdad,

por el tiro te permito

que la espada que me mate

saques de mis propios tiros.

Belisa:

¿Por qué niegas, Felisardo,

1070

lo que ha de ser como ha sido?

Conmigo estás ya casado,

oy te has casado conmigo.

Felisardo:

¿Yo contigo?

Belisa:

¿Luego no?

Flora y Carrillo lo han visto.

Eliso:

1075

Pues ¿cómo, villano, niegas

lo que han visto dos testigos?

Lisarda:

Éssos no dizen verdad,

que Belisa lo ha fingido

de embidia de que es mi esposo;

1080

y assí te la doy, Eliso,

para que tu esposa sea,

porque Felisardo es mío.

 

Çelia se descubre.

 

Çelia:

Quedo, señoras, que yo

le tengo por mi marido.

1085

Yo soy la propia muger,

y él lo diga.

Felisardo:

Assí lo digo.

Prudencio:

¿Es Çelia?

Juan:

La misma es.

Prudencio:

Pues, don Iuan, perdón os pido

de la palabra que os di.

Juan:

1090

Todo el sentimiento mío

se tiempla, viendo burladas

mi madre y hermana; y digo,

pues Eliso es cauallero,

que a Belisa le suplico

le dé la mano.

Belisa:

1095

Esso es justo.

Perdón del desdén le pido,

y a Çelia del tratamiento;

que a Felisardo, pues vino

oy al fin de su desseo,

1100

ya no sentirá el castigo.

Y si prisión ha de auer,

quiero seruirle y seruiros

con mi hazienda.

Alguaçil:

Ya, señores,

aquel cauallero herido

1105

está bueno; sólo resta

hazer a los dos amigos.

Felisardo:

Vaya Tiberio y negocie

que venga a sernos padrino.

Tiberio:

Él vendrá, y yo lo seré

1110

de Flora y del buen Carrillo.

Lisarda:

Y yo, pues no me he casado,

dando a seruirles principio

doy fin.

Belisa:

Si es a mis melindres,

senado, perdón os pído.

 

Fin