Libro de los estados

El segundo libro

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[Capítulo XXXIV]

El xxxiiii° capítulo que fabla cómmo el infante dixo a Julio: «Bien entiendo, segunt las razones que me avedes dichas, que el estado de la clerezía es muy bueno et mucho <acabado>.

«Julio,» dixo el infante, «segund estas razones que me avedes dicho, bien entiendo que el estado de la clerezía que es muy bueno et muy bien acabado. Pero segund a mí paresçe, en cada uno de los estados de la clerizía beo muchos peligros para salvamiento de las almas. Mas [para] que podamos, con la merçed de Dios, acertar en lo mejor, rruégovos que me digades lo que entendedes en cada uno destos estados de que me avedes fablado. Et así commo en el estado de los legos me començastes a fablar primeramente en el estado de los enperadores – porque es más alto – et fuestes desçendiendo a todos los estados fasta que llegastes a los menores, te{115c}ned agora por bien de començar en el estado de los papas, que es el mayor et más alto que ay en la clerezía. Et después iredes desçendiendo por los otros estados, así commo fiziestes por lo[s] de los legos. Et desque oviéredes fablado en todos los estados, tanbién de los legos commo de los clérigos, fío por la merçed de Dios que Él, que es conplido et conplidor de todos los bienes, que pues sabe la mi entençión, que Él la cunplirá et querrá que escoja tal estado por que pueda servir a Él et salvar el alma, guardando et acresçentando mi onra et el estado en que Él me puso.»

«Sennor infante,» dixo Julio, «commo quier que entiendo que me ponedes en grant cuidado et en grant trabajo, pero pues veo que lo non puedo escusar et lo tenedes por bien, avervos he a fablar en la manera que lo yo entiendo.»