|
Escena XI.
Dichos, Lucinda, que aparece en la puerta de la venta con una daga en la mano.
Luc. |
¡Atrás!! |
Todos. |
¡Ah! |
Luc. |
Todo lo he oido.
Tuya es su vida,
y con la suya
tambien la mia;
mas no es la vida
la voluntad.
Y si á una dama
cual yo en su fama
quereis manchar,
mal, don Fernando, me conoceis,
porque primero la que aqui veis
morir sabrá.
Á UN TIEMPO.
| Luc. |
Cardenio mio, tú morir debes;
(Echándose en sus brazos.)
mas yo contigo quiero morir. |
Card. |
Lucinda mia, yo morir debo;
mas huye y déjame solo morir. |
Dor. |
Cual yo te adoro, ella le adora.
Fernando, duélete de ella y de mí. |
Fern. |
(Orgullo mio, ven en mi ayuda,
ven estas lágrimas á combatir.) |
Coro. |
Con una seña que nos hagais
nos hallaremos lejos de aqui.
――――――――
HABLADO.
| Fern. |
Basta, basta. Por mi honor
que ser noble he de saber
y nadie me ha de vencer
en grandeza ni en valor.
Aunque cual humo se pierde
mi lisonjera esperanza,
soy noble leon que avanza,
no bajo reptil que muerde.
Preciándome de valiente,
nada se me dá por nada:
ni evito el cruzar mi espada,
ni á nadie inclino la frente.
No conozco ley ni fuero:
nada á intimidarme llega;
todo ante mí se doblega
con solo decir «lo quiero».
Mas viendo en vosotros hoy
tan elevado heroismo,
me he replegado en mí mismo
para recordar quién soy,
y veo con emoción
que aunque es grande mi fiereza,
á nadie cedo en grandeza
de alma y de corazon.
No habeis de dejarme atrás
cuantos os hallais aqui.
Yo soy orgulloso, si;
pero villano, jamás.
Tengo á tu vida derecho,
mas no te quiero matar;
que aun puedes dicha alcanzar
de un buen amigo en el pecho.
(Abraza á Cardenio.)
Lucinda, para quien yo
llegué á hacerme tan odioso,
vuelva al lado de un esposo
que el cielo le destinó. |
Todos. |
¡Fernando! |
Fern. |
Y tú, Dorotea,
dá al olvido mis desmanes;
justo premio á tus afanes
mi mano de esposo sea. |
Dor. |
¡Fernando mio! |
Fern. |
Ahora yo
declaro que cedo aqui
voluntariamente, si;
pero por la fuerza, no. |
Luc. |
Es igual: nuestro placer
término nunca tendrá. |
Fern. |
Ni el mio, pues cumplí ya
con el amor y el deber.
(Se oye dentro un canto muy lejano, como el preludio del coro que sigue.)
(Se oye en el interior de la venta el coro siguiente, con acento lúgubre y misterioso. Cuando termina salen los personajes precedidos de Sancho.)
――――――――
MUSICA.
| Coro. |
Miserere, miserere
de este noble paladín.
|
|