Garcilaso de la Vega
1503 - 1536
Canciones
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Canción I
1.Si a la región desierta, inhabitablepor el hervor del sol demasïadoy sequedad d'aquella arena ardiente,o a la que por el hielo congelado | |
5 | y rigurosa nieve es intratable,del todo inhabitada de la gente,por algún accidenteo caso de fortuna desastradame fuésedes llevada, |
10 | y supiese que allá vuestra durezaestaba en su crüeza,allá os iria a buscar como perdido,hasta morir a vuestros pies tendido
2.Vuestra soberbia y condición esquiva |
15 | acabe ya, pues es tan acabadala fuerza de en quien ha d'esecutarse;mirá bien qu'el amor se desagradadeso, pues quiere qu'el amante vivay se convierta adó piense salvarse. |
20 | El tiempo ha de pasarse,y de mis males arrepentimiento,confusión y tormentosé que os ha de quedar, y esto recelo,que aunque de mí me duelo, |
25 | como en mí vuestros males son d'otra arte,duélenme en más sensible y tierna parte.
3.Assí paso la vida acrecentandomateria de dolor a mis sentidos,como si la que tengo no bastase, |
30 | los cuales para todo están perdidossino para mostrarme a mí cuál ando.Pluguiese a Dios que aquesto aprovechasepara que yo pensaseun rato en mi remedio, pues os veo |
35 | siempre con un deseode perseguir al triste y al caído:yo estoy aquí tendido,mostrándoos de mi muerte las señales,y vos viviendo sólo de mis males.
4. |
40 | Si aquella amarillez y los sospirossalidos sin licencia de su dueño,si aquel hondo silencio no han podidoun sentimiento grande ni pequeñomover en vos que baste a convertiros |
45 | a siquiera saber que soy nacido,baste ya haber sufridotanto tiempo, a pesar de lo que basto,que a mí mismo contrasto,dándome a entender que mi flaqueza |
50 | me tiene en la estrechezaen que estoy puesto, y no lo que yo entiendo:así que con flaqueza me defiendo.
5.Canción, no has de tenercomigo ya que ver en malo o en bueno; |
55 | trátame como ajeno,que no te faltará de quien lo aprendas.Si has miedo que m'ofendas,no quieras hacer más por mi derechode lo que hice yo, qu'el mal me he hecho.
Canción II
1.La soledad siguiendo,rendido a mi fortuna,me voy por los caminos que se ofrecen,por ellos esparciendo |
5 | mis quejas d'una en unaal viento, que las lleva do perecen.Pues todas no merecenser de vos escuchadas,ni sola un hora oídas, |
10 | he lástima de que van perdidaspor donde suelen ir las remediadas;a mí se han de tornar,adonde para siempre habrán d'estar.
2.Mas ¿qué haré, señora, |
15 | en tanta desventura?¿A dónde iré si a vos no voy con ella?¿De quién podré yo ahoravalerme en mi tristurasi en vos no halla abrigo mi querella? |
20 | Vos sola sois aquéllacon quien mi voluntadrecibe tal engañoque, viéndoos holgar siempre con mi daño,me quejo a vos como si en la verdad |
25 | vuestra condición fuertetuviese alguna cuenta con mi muerte.
3.Los árboles presento,entre las duras peñas,por testigo de cuanto os he encubierto; |
30 | de lo que entre ellas cuentopodrán dar buenas señas,si señas pueden dar del desconcierto.Mas ¿quién tendrá conciertoen contar el dolor, |
35 | qu'es de orden enemigo?No me den pena por lo que ora digo,que ya no me refrenará el temor:¡quién pudiese hartarsede no esperar remedio y de quejarse!
4. |
40 | Mas esto me es vedadocon unas obras talescon que nunca fue a nadie defendido,que si otros han dejadode publicar sus males, |
45 | llorando el mal estado a que han venido,señora, no habrá sidosino con mejoríay alivio en su tormento;mas ha venido en mí a ser lo que siento |
50 | de tal arte que ya en mi fantasíano cabe, y así quedosufriendo aquello que decir no puedo.
5.Si por ventura estiendoalguna vez mis ojos |
55 | por el proceso luengo de mis daños,con lo que me defiendode tan grandes enojossolamente es, allí, con mis engaños;mas vuestros desengaños |
60 | vencen mi desvaríoy apocan mis defensas,sin yo poder dar otras recompensassino que, siendo vuestro más que mío,quise perderme así |
65 | por vengarme de vos, señora, en mi.
6.
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5 | para que descansaraquien, como estó yo agora, no estuviera:do siempre primaveraparece en la verdurasembrada de las flores; |
10 | hacen los ruiseñoresrenovar el placer o la tristuracon sus blandas querellas,que nunca, dia ni noche, cesan dellas,
2.Aquí estuve yo puesto, |
15 | o por mejor decillo,preso y forzado y solo en tierra ajena;bien pueden hacer estoen quien puede sufrilloy en quien él a sí mismo se condena. |
20 | Tengo sola una pena,si muero desterradoy en tanta desventura:que piensen por venturaque juntos tantos males me han llevado, |
25 | y sé yo bien que mueropor solo aquello que morir espero.
3.El cuerpo está en podery en mano de quien puedehacer a su placer lo que quisiere, |
30 | mas no podrá hacerque mal librado quedemientras de mí otra prenda no tuviere;cuando ya el mal vinierey la postrera suerte, |
35 | aquí me ha de hallaren el mismo lugar,que otra cosa más dura que la muerteme halla y me ha hallado,y esto sabe muy bien quien lo ha probado.
4. |
40 | No es necesario agorahablar más sin provecho,que es mi necesidad muy apretada,pues ha sido en una horatodo aquello deshecho |
45 | en que toda mi vida fue gastada.Y al fin de tal jornada¿presumen d'espantarme?Sepan que ya no puedomorir sino sin miedo, |
50 | que aun nunca qué temer quiso dejarmela desventura mía,qu'el bien y el miedo me quitó en un día.
5.Danubio, rio divino,que por fieras naciones |
55 | vas con tus claras ondas discurriendo,pues no hay otro caminopor donde mis razonesvayan fuera d'aquí sino corriendopor tus aguas y siendo |
60 | en ellas anegadas,si en tierra tan ajena,en la desierta arena,d'alguno fueren a la fin halladas,entiérrelas siquiera |
65 | porque su error s'acabe en tu ribera.
6.Aunque en el agua mueras,canción, no has de quejarte,que yo he mirado bien lo que te toca;menos vida tuvieras |
70 | si hubiera de igualartecon otras que se m'an muerto en la boca,Quién tiene culpa en esto,allá lo entenderás de mí muy presto.
Canción IV
1.El aspereza de mis males quieroque se muestre también en mis razones,como ya en los efetos s'ha mostrado;lloraré de mi mal las ocasiones, |
5 | sabrá el mundo la causa porque muero,y moriré a lo menos confesado,pues soy por los cabellos arrastradode un tan desatinado pensamientoque por agudas peñas peligrosas, |
10 | por matas espinosas,corre con ligereza más que el viento,bañando de mi sangre la carrera.Y para más despacio atormentarme,llévame alguna vez por entre flores, |
15 | adó de mis tormentos y doloresdescanso y dellos vengo a no acordarme;mas él a más descanso no me espera:antes, como me ve desta manera,con un nuevo furor y desatino |
20 | torna a seguir el áspero camino.
2.No vine por mis pies a tantos daños:fuerzas de mi destino me trujerony a la que m'atormenta m'entregaron.Mi razón y jüicio bien creyeron |
25 | guardarme como en los pasados añosd'otros graves peligros me guardaron,mas cuando los pasados compararoncon los que venir vieron, no sabíanlo que hacer de sí ni dó meterse, |
30 | que luego empezó a versela fuerza y el rigor con que venían.Mas de pura vergüenza costreñida,con tardo paso y corazón medrosoal fin ya mi razón salió al camino; |
35 | cuanto era el enemigo más vecino,tanto más el recelo temerosole mostraba el peligro de su vida;pensar en el dolor de ser vencidala sangre alguna vez le callentaba, |
40 | mas el mismo temor se la enfrïaba.
3.Estaba yo a mirar, y peleandoen mi defensa, mi razón estabacansada y en mil partes ya herida,y sin ver yo quien dentro me incitaba |
45 | ni saber cómo, estaba deseandoque allí quedase mi razón vencida;nunca en todo el proceso de mi vidacosa se me cumplió que deseasetan presto como aquésta, que a la hora |
50 | se rindió la señoray al siervo consintió que gobernasey usase de la ley del vencimiento.Entonces yo sentíme salteadod'una vergüenza libre y generosa; |
55 | corríme gravemente que una cosatan sin razón hubiese así pasado;luego siguió el dolor al corrimientode ver mi reino en mano de quien cuento,que me da vida y muerte cada día, |
60 | y es la más moderada tiranía.
4.Los ojos, cuya lumbre bien pudieratornar clara la noche tenebrosay escurecer el sol a mediodía,me convertieron luego en otra cosa, |
65 | en volviéndose a mí la vez primeracon la calor del rayo que salíade su vista, qu'en mí se difundía;y de mis ojos la abundante venade lágrimas, al sol que me inflamaba, |
70 | no menos ayudabaa hacer mi natura en todo ajenade lo que era primero. Corrompersesentí el sosiego y libertad pasada,y el mal de que muriendo estó engendrarse, |
75 | y en tierra sus raíces ahondarsetanto cuanto su cima levantadasobre cualquier altura hace verse;el fruto que d'aquí suele cogersemil es amargo, alguna vez sabroso, |
80 | mas mortífero siempre y ponzoñoso.
5.De mí agora huyendo, voy buscandoa quien huye de mí como enemiga,que al un error añado el otro yerro,y en medio del trabajo y la fatiga |
85 | estoy cantando yo, y está sonandode mis atados pies el grave hierro.Mas poco dura el canto si me encierroacá dentro de mí, porque allí veoun campo lleno de desconfianza: |
90 | muéstrame l'esperanzade lejos su vestido y su meneo,mas ver su rostro nunca me consiente;torno a llorar mis daños, porque entiendoque es un crudo linaje de tormento |
95 | para matar aquel que está sedientomostralle el agua por que está muriendo,de la cual el cuitado juntamentela claridad contempla, el ruido siente,mas cuando llega ya para bebella, |
100 | gran espacio se halla lejos della.
6.De los cabellos de oro fue tejidala red que fabricó mi sentimiento,do mi razón, revuelta y enredada,con gran vergüenza suya y corrimiento, |
105 | sujeta al apetito y sometida,en público adulterio fue tomada,del cielo y de la tierra contemplada.Mas ya no es tiempo de mirar yo en esto,pues no tengo con qué considerallo, |
110 | y en tal punto me halloque estoy sin armas en el campo puesto,y el paso ya cerrado y la hüida.¿Quién no se espantará de lo que digo?,qu'es cierto que he venido a tal estremo |
115 | que del grave dolor que huyo y temome hallo algunas veces tan amigoque en medio d'él, si vuelvo a ver la vidade libertad, la juzgo por perdida,y maldigo las horas y momentos |
120 | gastadas mal en libres pensamientos.
7.No reina siempre aquesta fantasía,que en imaginación tan varïableno se reposa un hora el pensamiento:viene con un rigor tan intratable |
125 | a tiempos el dolor que al alma míadesampara, huyendo, el sufrimiento.Lo que dura la furia del tormento,no hay parte en mí que no se me trastorney que en torno de mí no esté llorando, |
130 | de nuevo protestandoque de la via espantosa atrás me torne.Esto ya por razón no va fundado,ni le dan parte dello a mi jüicio,que este discurso todo es ya perdido, |
135 | mas es en tanto daño del sentidoeste dolor, y en tanto perjüicio,que todo lo sensible atormentado,del bien, si alguno tuvo, ya olvidadoestá de todo punto, y sólo siente |
140 | la furia y el rigor del mal presente.
8.En medio de la fuerza del tormentouna sombra de bien se me presenta,do el fiero ardor un poco se mitiga:figúraseme cierto a mí que sienta |
145 | alguna parte de lo que yo sientoaquella tan amada mi enemiga(es tan incomportable la fatigaque si con algo yo no me engañasepara poder llevalla, moriría |
150 | y así me acabaríasin que de mí en el mundo se hablase),así que del estado más perdidosaco algún bien. Mas luego en mí la suertetrueca y revuelve el orden: que algún hora |
155 | si el mal acaso un poco en mí mejora,aquel descanso luego se convierteen un temor que m'ha puesto en olvidoaquélla por quien sola me he perdido,y así del bien que un rato satisface |
160 | nace el dolor que el alma me deshace.
9.Canción, si quien te viere se espantarede la instabilidad y ligerezay revuelta del vago pensamiento,estable, grave y firme es el tormento, |
165 | le di, qu'es causa cuya fortalezaes tal que cualquier parte en que tocarela hará revolver hasta que pareen aquel fin de lo terrible y fuerteque todo el mundo afirma que es la muerte.
Canción V
Ode ad Florem Gnidi
1.Si de mi baja liratanto pudiese el son que en un momentoaplacase la iradel animoso viento |
5 | y la furia del mar y el movimiento,
2.y en ásperas montañascon el süave canto enternecieselas fieras alimañas,los árboles moviese |
10 | y al son confusamente los trujiese:
3.no pienses que cantadoseria de mí, hermosa flor de Gnido,el fiero Marte airado,a muerte convertido, |
15 | de polvo y sangre y de sudor teñido,
4.ni aquellos capitanesen las sublimes ruedas colocados,por quien los alemanesel fiero cuello atados, |
20 | y los franceses van domesticados;
5.mas solamente aquellafuerza de tu beldad seria cantada,y alguna vez con ellatambién seria notada |
25 | el aspereza de que estás armada,
6.y cómo por ti solay por tu gran valor y hermosura,convertido en vïola,llora su desventura |
30 | el miserable amante en tu figura.
7.Hablo d'aquel cativode quien tener se debe más cuidado,que 'stá muriendo vivo,al remo condenado, |
35 | en la concha de Venus amarrado.
8.Por ti, como solía,del áspero caballo no corrigela furia y gallardía,ni con freno la rige, |
40 | ni con vivas espuelas ya l'aflige;
9.por ti con diestra manono revuelve la espada presurosa,y en el dudoso llanohuye la polvorosa |
45 | palestra como sierpe ponzoñosa;
10.por ti su blanda musa,en lugar de la cítera sonante,tristes querellas usaque con llanto abundante |
50 | hacen bañar el rostro del amante;
11.por ti el mayor amigol'es importuno, grave y enojoso:yo puedo ser testigo,que ya del peligroso |
55 | naufragio fui su puerto y su reposo,
12.y agora en tal maneravence el dolor a la razón perdidaque ponzoñosa fieranunca fue aborrecida |
60 | tanto como yo dél, ni tan temida.
13.No fuiste tú engendradani producida de la dura tierra;no debe ser notadaque ingratamente yerra |
65 | quien todo el otro error de sí destierra.
14.Hágate temerosael caso de Anajárete, y cobarde,que de ser desdeñosase arrepentió muy tarde, |
70 | y así su alma con su mármol arde.
15.Estábase alegrandodel mal ajeno el pecho empedernidocuando, abajo mirando,el cuerpo muerto vido |
75 | del miserable amante allí tendido,
16.y al cuello el lazo atadocon que desenlazó de la cadenael corazón cuitado,y con su breve pena |
80 | compró la eterna punición ajena.
17.Sentió allí convertirseen piedad amorosa el aspereza.¡Oh tarde arrepentirse!¡Oh última terneza! |
85 | ¿Cómo te sucedió mayor dureza?
18.Los ojos s'enclavaronen el tendido cuerpo que allí vieron;los huesos se tornaronmás duros y crecieron |
90 | y en sí toda la carne convertieron;
19.las entrañas heladastornaron poco a poco en piedra dura;por las venas cuitadasla sangre su figura |
95 | iba desconociendo y su natura,
20.hasta que finalmente,en duro mármol vuelta y transformada,hizo de sí la genteno tan maravillada |
100 | cuanto de aquella ingratitud vengada.
21.No quieras tú, señora,de Némesis airada las saetasprobar, por Dios, agora;baste que tus perfetas |
105 | obras y hermosura a los poetas
22.den inmortal materia,sin que también en verso lamentablecelebren la miseriad'algún caso notable |
110 | que por ti pase, triste, miserable. |