BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Don Juan Manuel

1282 - 1349

 

Libro de los estados

 

El primer libro

 

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[Capítulo LVIII]

 

El lviii° capítulo fabla en cómmo Julio dixo al infante que tantas buenas rrazones le avía dicho que gradesçía mucho a Dios la buena fe et la buena voluntad con quel veía.

 

«Sennor infante,» dixo Julio, «tantas buenas rrazones avedes dicho que yo gradesco mucho a Dios la buena fe et la buena voluntad que en vós veo. Otrosí me plaze mucho, porque pues fasta aquí me teníades por maestro et aprendíades de mí, et me érades ovediente, que lo aya yo a ser a vós agora en lo que me dixiestes al comiençó desta rrazón: que queríedes que vos non rrespondiese a todas las vuestras preguntas ayuntadamente, sinon a cada una por sí. Et plázeme mucho por quales rrazones pusiestes porque era mejor et conplirá más que vos responder así. Et por ende vos digo que commo quier que tengo que me será muy grave cosa de vos rresponder a todas las cosas que me preguntastes – porque se ençieran en ellas todas las çiençias – pero yo de aquello poco que sopiere(n) respondervos he a cada cosa dello por sí, segund vós queredes. Et Dios, por la su merçed, me endereçe a ello; ca çierto seed que ningún omne non puede fablar bien nin verdaderamente en ningún fecho, et mayormente en las çiençias, sin graçia sennalada de Dios.

Vós, sennor infante, dezides primeramente que toma{71d}des dubda en el estado de los enperadores, porque segund los vienes que Dios les faze parésçevos que les [es] muy grave de gelo conosçer et meresçer commo deven. Et aun a esto ayuntades todos los estados de los que biven en la ley de los christianos. Sennor infante: a esto vos respondo que todas estas cosas que vós dezides que Dios fizo para salvar et redemir los pecadores, aún muchas más de [las que] vós nin omne podría dezir, fizo Nuestro Sennor Dios por ellos. Pero devedes vós entender que todas estas cosas son grant bien de los pecadores, queriendo ellos fazer lo que pueden. Ca, commo quier que segund la naturaleza de los omnes et la su flanqueza, pocos o ningunos pueden escusar de pecar, pero arepentiéndose et faziendo emienda, segund Sancta Eglesia manda, çierto es que les avrá Dios merçed. Ca vós savedes que bien commo es omne tenudo de conosçer et guardar lo que por él fazen, et aun tanto o más es tenudo de guardar lo que él ha fecho, sennaladamente por non perder lo que fizo. Et pues es çierto que Dios fizo todo el mundo de nada, ligeramente pudiera redemir los pecadores, si quisiera, non le costando nada. Mas, pues tanto fizo por los redemir [et] tan caramente los conpró, bien devedes creer que non quería la su perdiçión, si por ellos non fincare. Et aun, segund tienen los santos, tan grant tuerto faze el pecador en errar et pecar contra Nuestro Sennor Dios que tanto bien le fizo que non podría él meresçer de aver perdón sinon por la su passion de Jhesu Christo et por los meresçimientos de sancta María et de los sanctos. Mas çierto es que una gota de la su sangre podría redemir mill vezes mill mundos; et quanto más ó toda fue esparzida et fizo todas las cosas que vos dixiestes desu{72a}so por salvaçión de los pecadores.

Et por ende, si pueden et deven estar en buena esperança de su salvaçión los pecadores, tengo que esta misma, et aún muy mayor, la deven aver los enperadores. Ca bien creed que quanto Dios en mayor estado pone al omne en este mundo, tanto gelo da mayor en el otro, si en éste lo sirve commo deve. [Et] aun só çierto que quanto los sanctos fueron de mayor entendimiento, tanto an mayor logar en el paraíso; ca ellos le ganaron por las sus buenas obras et entendiendo todo lo que fazían.

Et así vos he respondido a la dubda que tomades: que los enperadores non conosçen nin gradesçen a Dios los vienes que les faze(n) commo deven.»